lunes, 30 de julio de 2012

Sueño de una noche de verano

Verano.
Cuando el calor aumenta, despiertan las sonrisas y las sensaciones se hacen más intensas. Época para disfrutar. Es en este tiempo cuando la música empieza a influir en tus pensamientos y la gente con la que estás se vuelve fundamental para ti. Ahora que te vas, los echas de menos, incluso te pones triste o te desanimas porque no están a tu lado. Pues bien, queridos lectores, es lo que me ocurre a mi. Este verano he estado viviendo algunas experiencias inolvidables que me va a costar olvidar, es más, no lo deseo en absoluto. 
Es curioso como la sonrisa de tu mejor amig@ te puede alegrar la tarde, el día, la semana, o en mi caso, todo el verano. 
El verano es aquella época del año en la cual no tenemos clase, visitamos lugares fuera de nuestro entorno, conocemos gente diferente, etc. Pero para mi, cada verano es inolvidable, porque cada verano lo paso junto a personas que son inolvidables y que, de un modo u otro, parecen perfectas, y con solo estar a su lado te sientes mejor, te sientes nuevo y no puedes evitar sonreír. 
Cuando acaba el verano, te desanimas y al volver a la rutina echas de menos todo lo que has vivido y los quieres revivir, pero solo podrás saborear las mieles del recuerdo y lo recordarás como si fuera el sueño de una noche de verano.
Yo te invito, querido lector, a que aproveches el verano y que lo hagas al 100 %. No me refiero a ir de fiesta, emborracharte y a la mañana siguiente despertar recordando breves imágenes mentales de la noche anterior, sino a no parar en todo el verano. 
No desperdicies una sola tarde durmiendo, o vagueando. Coge tu teléfono y llama a esa persona que echas en falta y haz lo posible por verla, porque en los tiempos turbios en los que vivimos nunca sabes cuando será la última vez que veas a esa persona. Si piensas así, te aseguro que disfrutarás cada día como si fuera el último y exprimirás cada segundo de su tiempo hasta querer detenerlo y pasar todo el día hablando de vuestras cosas, reír y disfrutar, porque ya habrá tiempo para llorar, para enfadarse, para preocuparse y para estar dolido, pero... ¡Es verano! Disfrútalo al lado de Él o de Ella, porque la vida no está echa para vivir solos.

Para terminar, me gustaría dedicar esta entrada a todos aquellos amigos a los cuales necesito a mi lado ahora mismo, en especial a dos personas que hacen de mi vida un cuento, junto con todos los demás. Gracias chicos. :)

Ahora te toca a ti. ¿Pasaras el verano deprimido, vagueando, enfadado o preocupado por que esto acabe, o vas a saborear cada segundo hasta desear poder parar el tiempo?

¿Rallada o Reflexión? ;)

viernes, 27 de abril de 2012

Lágrimas de Fuego

Llantos que se ahogan en una fina capa de vapor. Una cólera apagada que intenta sacar de dentro de sí misma el último respiro. Algo más que poder dar de si misma, o algo por lo que luchar.
Todo el mundo ha sentido alguna vez la necesidad de gritar, de romper a llorar, echar a volar y aterrizar lejos del lugar que tantas penas plantó en las raíces de su pecho. La impotencia cuando lloras, de no poder hacer más, de no poder seguir luchando. Esa sensación de que tus lágrimas cada vez pesan más y cada vez se hacen más y más frías.
¿Quién no ha querido vivir nunca en un lugar donde el dolor no exista?

Es cuando , ansiosos por escapar, huyen de nuestros ojos aquellas lágrimas de fuego.
Las lágrimas de fuego son aquellas que queman a quien las lleva dentro. Y es, el momento en el que rompes a llorar, cuando el calor que ennegrecía tus entrañas, desaparece paulatinamente, provocando una sensación de alivio que el ser humano lleva sintiendo desde que es persona.

Y es que cuando lloramos, parece que todas nuestras penas se agrandan, y pesan más que nunca.
Terminamos de llorar, y el mal ha desaparecido, pero no es así, ya que tarde o temprano volverá y nos hará llorar otra vez.
No nos engañemos. El mal no se va. Siempre va a volver, y, como he dicho, nos va a hacer sentir la necesidad de liberar nuestras lágrimas de fuego. Un placer amargo que nos alivia y nos castiga a la vez.
 
Necesitamos un apoyo: un pilar fuerte. Un ancla que mantenga nuestro barco firme y seguro en la tempestad. Una mirada de seguridad para no hundirnos, porque sin eso, mis queridos lectores, no seríamos más que objetos vacíos y perdidos en un universo sin propósito.

Ahora es cuando debemos luchar y buscar nuestro apoyo; fuerte, que no se desvanezca ni caiga. Un punto de referencia. Un faro que nos lleve seguros a puerto cuando estalle la noche.
Y es aquí donde planteo las preguntas:
¿En qué te apoyas a la hora de tomar tus decisiones? ¿Qué razones orientan tu camino? ¿Buscas una solución, o te resguardas bajo el consuelo de tus Lágrimas de Fuego?

Rallada o Reflexión? ;)