Un día de invierno, lluvioso, en el que te levantas pronto en la
mañana, y lo primero que ves por la ventana son esos charcos en la acera, con
esas gotas cayendo sobre ellos. Mañana lluviosa, que apunta a un mal día, sales
de la comodidad de tu casa, para enfrentarte al duro frío del exterior, a un
día tremendamente ocupado, sin descansos, sin ningún tipo de respiro.
Ves a la gente que pasa por la calle con los paraguas abiertos y
la sonrisa cerrada, con la mirada perdida, sin expresión en el rostro, sólo una
preocupación o miedo por tener que cargar con sus penas un día más.
Parecen, no personas, sino carcasas, fundas, que se han olvidado
llevar a la persona dentro, y con ella, los sentimientos y emociones que junto
a la esperanza de llegar de nuevo a casa, se acurrucan bajo una manta.
Porque hay gente, que simplemente, vive "día a día" sin
un propósito, vive por vivir, sin motivo u objetivo aparentes.
Miran hacia delante, y toman esa dirección, y así el resto de sus
vidas.
Tu, vas a tu cocina, aún en pijama, y mientras desayunas, miras de
nuevo a la ventana y ves un niño, con sus botas nuevas de agua, alegrándose, de
que hace frío, porque puede llevar su abrigo favorito, y sus guantes de lana,
celebrando la lluvia saltando en los charcos con sus botas, que en ese día
estrenaba, y en ese momento, te das cuenta de algo:
¿Por qué no podemos ser así?
¿Tenemos que buscar siempre el pesimismo en nuestras vidas, y
conformarnos?
Llegas al trabajo, al instituto, o donde tenías pensado ir, y con
una alegría, casi extraña, inunda el lugar al que te dirijas. Porque la gente
te verá feliz, la gente verá que hay alternativas a estar desanimado o triste,
y el próximo día es posible que se plantee el hecho de sonreír al cruzar su
puerta.
Vive con un objetivo en mente, con un rumbo que no marque el
destino, vive tu vida con una razón para levantarte cada mañana, fuera
complejos, porque quien de verdad será feliz, serás tú.
Y ahora te toca a ti.
Rallada o Reflexión? ;)