miércoles, 13 de febrero de 2013

10 razones para no estar en mí




Razón 1: La oscuridad se hace física. Se puede tocar y te invade. Solo tienes ganas de irte y de nada más. No sabes a dónde ni como quieres marchar, pero así es como te encuentras. Muertos en vida nos llaman, a una juventud en la que predominan los sentimientos, y es cierto. Quieres morir y desaparecer y no volver jamás sin importarte quién ni quienes puedan preocuparse por ti. Lo estás escondiendo todo. Tienes que silenciar tu corazón para que nadie resulte herido, y es que muchas veces lo más débil puede ser lo más peligroso.

Razón 2: Eres un extraño y nadie te mira a la cara. Recorres las calles de Madrid como si recorrieras un cementerio, lleno de gente estresada, que carga maletines y bolsos llenos de amargura para ganar dinero, y esa es su vida y no la tuya. Te riges por lo que sientes y el corazón domina y mueve tu cuerpo. No sabes a dónde te diriges, pero subes la calle con tus auriculares prácticamente incrustados en el cráneo y no ves sino negro y gris en distintas gamas. Ha empezado a llover

Razón 3: Una mañana de invierno. Huyes de la comodidad de tu cama, encoges tu mente y solo puedes pensar en cuánto echas de menos tu razón de vivir. Aún quedan varias horas para irte de casa, pero tu sales. Está lloviendo a cántaros y no te llevas el paraguas. No lo necesitas. Quieres que la lluvia confunda a tu prójimo ocultando tus lágrimas. Mueres poco a poco.

Razón 4: La música siempre está, pero esta vez se encuentra más cercana y complementa tu estado de ánimo. La música respira rabia y tristeza. Ella siente y eres tú quien llora. Añoras el olor, aquel frío, o incluso esa tarde muerta. Años han pasado ya desde aquello y sigues torturándote, fustigando tu alma. Sigues escuchando música.

Razón 5: La gente ya no te entiende y se aleja de ti. Ahora estás solo, pero no como tú querías. Solo son sombras. Espíritus de antiguos conocidos y amigos que bailan en el Gran Salón de tu mente. La banda sonora, la muerte.

Razón 6: Buscas ángeles por las calles. Todo el mundo que conoces busca ángeles y recorre ciudades y pueblos sin encontrar una solución a su búsqueda. No quedan ángeles. Todos se han ido y notas esa presencia más lejana que nunca. No te quieres acercar, pero tampoco deseas alejarte y buscas excusas, hasta que al final solo eres tú y te aíslas contra ti mismo y contra el resto del mundo.

Razón 7: No puedes más y tus manos tiemblan. Todo tú, flaqueas y caes, estando aún de pie. En ese momento te das cuenta de que estás soñando despierto, como siempre, y cuando abres los ojos la gente te señala y te rodea, culpándote por haber roto los platos que te habían ordenado recoger.

Razón 8: El mundo quiere absorber tu esencia y quiere quedarse con ella y tú te defiendes como puedes, pero ya no hay nada contra lo que luchar, por lo que luchar ni con lo que luchar, así que caes de rodillas al suelo y gritas de dolor. Tus manos están tatuadas de sangre.


Razón 9: No hay nadie contigo. Se han ido a ser felices y tú eres una carga. Supongo que algún día tendría que ocurrir. Tú no has cambiado y tus sentimientos siguen siendo los mismos, pero ahora eres el único que siente eso. Todos siguen con su vida y se recuperan después de un bache. Eres tú quien no puede regenerar su cuerpo, que cae al suelo en fragmentos.

Razón 10: No hay más razones. No hay más esperanza. No hay apoyo y ya no valen las miradas hacia atrás. Ella sonríe y tú te conviertes en cenizas. Mueres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario